miércoles, 23 de junio de 2010

¿Por qué no tiraste el penalti del otro día, Morante?



Antes de empezar el mundial de fútbol, en mis paseos diarios al gimnasio, pasé por un quiosco en el que tenían en primera línea la revista Don Balón. Cual fue mi sorpresa cuando al reparar en ella veo que en la portada aparece Belén Esteban con la camiseta de España diciendo que "prefiere las pelotas a los cuernos". ¡Uff, mal vamos! me dio un mal bajío del que no me he podido desprender en los dos primeros partidos de España.

Para intentar quitarme ese agobio que me acompañaba estos días me dirigí ayer al coso de Pardaleras para ver a Morante de la Puebla. Lo esperé en la puerta, lo saludé, le hice una foto y sus ojos me dijeron que algo grande iba a pasar. Me daban ganas de decírselo a la gente; a Pedro el chino, que lo saludé por la calle, a compañeros de clase, a las niñas guapas que se agolpaban en la puerta de la plaza, a la chica que se sentaba a mi lado... Pero ¡qué coño! esto me lo guardo para mí.
Y salió el cuarto toro de la tarde, un Juanpedro suave y noble, aunque justito de fuerzas. El de la Puebla le dio doce verónicas lentas, flemáticas, con el mentón metido y los riñones encajados que bastaron para poner al toro en el medio del ruedo y a la plaza boca abajo. ¡Pero ahí no acabó la cosa con el capote! y después del tercio de varas le enjaretó un ramillete de chicuelinas con la mano baja y ese garbo sevillano que quitaron el sentío. El torero estaba metido en el toro y desde el principio de la faena de muleta se le vio entregado con el astado. Empezó con ayudados con la rodilla flexionada y así, despacito y con gusto, se llevó al ejemplar de Juan Pedro al centro del redondel. Lo que vino después es puro éxtasis: naturales interminables, suaves y profundos, derechazos acompañando la embestida con el pecho, kikirikís, un cambio por la espalda enlazando con el pase de pecho, faroles o trincherazos que podrían ilustrar cualquier cartel de toros...

Y es que cuando uno va a ver a Morante no ve sólo a un torero, sino que ve al mejor De Paula capotero, al mejor Curro muletero, al mejor Belmonte con el compás abierto o a los mismísimos Gallos, Gitanillo de Triana y Pepe Luis en los remates garbosos.

Por eso, si Morante jugara en la selección española de fútbol, sería el mismísimo Zarra, Gárate, Quini, Gento, Santillana, Puskas, Luis Aragonés, Luis Suárez, Juanito o Raúl.

Quizá sí podamos ganar el mundial.

2 comentarios:

  1. Desde luego, Morante tiraría mejor el penalty que Villa, al que los catalanes ya le recriminan que haga desplantes toreros cada vez que consigue un gol, cosa que debe gustarle mucho a El Chino, torerista y culé de pro. Venga, David, a por ellos, oé

    ResponderEliminar
  2. ¿Cuerpo y alma separados querido David? ¿Usted cree que Morante lloró también por fuera? ¿Se desprendió como dice el maestro Esplá, de la materia técnica, es decir, los terrenos, para soñar el toreo?
    Si usted me dice que sí, entonces es que me he perdido una buena ración de toreo, y en estos tiempos que corren Morante es uno de los pocos que puede hacernos sentir dentro de otro sentimiento. Porque vayamos al grano, conocimiento y valor nos hacen admirar a un torero, pero sin arte no lo concibo. El día que notemos su ausencia definitiva, ¿acaso no sentiremos que quedaremos huérfanos de toreo?.
    Sigo creyendo, espero que por mucho tiempo.

    ResponderEliminar