viernes, 13 de febrero de 2009

El torero que nunca existió

Quiso ser torero desde el momento en que vio su primera corrida de toros sentado en las rodillas de su abuelo. Sus padres nunca le tomaron en serio, su madre decía "pero qué tonterías son esas" y su padre le decía que ése era un mundo cerrado, que para bautizarse había que tener padrino, y un chico de una familia humilde no llegaría a ningún sitio. Esas palabras le hacían desistir de la idea de ser torero pero la afición no había quien se la quitara. Aprovechaba cualquier trapo o toalla de la casa para trazar pases a un toro imaginario.

Con 24 años le llegó su momento. Era una tarde calurosa, como deben ser las tardes de toros, a su lado su amigo le decía: David, tírate, si te pasa algo yo salgo a tu ayuda. En ese momento volvió a ser el niño que continuamente soñó con ser torero y le pegó los pases que siempre había soñado. Salió por la puerta grande, y desde ese momento tiene apoderado y todo.

En días como hoy, en que la primavera anuncia que muy pronto llegará, me vienen a la memoria esos días.

2 comentarios:

  1. Venga vete entrenando que te tengo apalabrado un festejo para este verano en Salvaleón. Tengo sobornado a El Chino y la cosa va a salir pa lante.

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