martes, 28 de septiembre de 2010

Arte y Majestad.

Este hombre discreto, sencillo, amigo de sus amigos se hizo invisible bajo una leyenda que lo cubrió sin enterrarlo. A Curro no le gustaba salir en la tv, la imagen es muy prosaica. Desearía que sus historias se narrasen por tradición oral de padres a hijos; que contasen el inexplicable temple de sus naturales, que cuando era joven lo saludó el gran Juan Belmonte, que sufrió graves cornadas, que nunca se pagó una página de publicidad en las revistas taurinas, que huía de las entrevistas, que fue amante del flamenco y gran amigo del genial Camarón de la Isla, que poetas como Bergamín lo celebraban o que fue el torero que más tiempo ha toreado.

En una entrevista hace unos años esto contestaba el maestro de Camas: ¿Pero entiende ese fervor? ¿Curro Romero sería currista?
-Sí que lo entiendo, porque yo sentía lo mismo hacia Camarón de la Isla. Por eso él y yo éramos como hermanos. Pero cuidado, yo era un loco de Camarón en silencio. Yo no le daba la lata, ni estaba todo el día encima, pero le comprendía y sabía esperar cuando tenía problemas. El también era un loco de mi toreo y a veces nos reuníamos a escondidas. Por eso entiendo que la gente haga locuras por verme torear, porque yo las hice por escucharle a él.

¡Si me hubieras pillado con esta edad, Curro, yo también hubiera hecho locuras por verte torear!

1 comentario:

  1. Está bien esa pasión por el arte que tenían los dos y que tu también tienes. Está muy bien no ocultarla y mostrarla a los demás, con orgullo. Que tengáis un buen día.

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