lunes, 13 de septiembre de 2010

Recuerdos.

Siempre que regreso a casa de mis padres hay varias cosas que no paso por alto. Una de ellas es la de encerrarme en mi cuarto con un cigarro y el reproductor de música y ponerme a abrir cajones y rebuscar entre mis cosas en busca de recuerdos. Este modo de proceder la mayoría de las veces me obsequia con gratas sorpresas como la que hoy quiero compartir con vosotros.

Año 1994, contaba yo con trece añitos y mi padre ya me llevaba a los toros. Los empresarios ese año tuvieron la idea de hacer pañuelos serigrafiados con la corrida del día. La cosa no tiene desperdicio.


¡Vaya cartelón!


El Jesulín que a mi me gustaba.


Alternativa de Pedrito de Portugal.

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